Ok, poniéndonos un poco al día, les cuento que no nos paso nada... no escribimos porque no teníamos mucha claridad mental por las noches... y como ahora nos dimos cuenta de que no la vamos a recuperar por un tiempo, aca vamos con la osadía de retratar nuestros días pasados.
Segundo día en SP, obviamente nos dirigimos al epicentro de esta ciudad: el Hermitage. Mega gran palacio hecho mega gran museo, la ex mansion de invierno de los zares alberga obras que van desde Van Gogh, Rodin, Picasso, Gauguin, Matisse, Monet, hasta Da Vinci, El Greco, arte egipcio y mucho mas... sin contar las salas del palacio que aun rememoran la epoca del esplendor ruso...
Le pusimos garra y en eso de cinco horas recorrimos toda la muestra... de cama volvimos como siempre a nuestro refugio, el hostel (o casa, como a Millie le gusta decirle)...
Si bien la experiencia fue algo asi como impactante, lo que hoy queremos compartir con ustedes es el mito numero uno que provó ser cierto de esta ciudad: las mujeres rusas...
Todas ellas andan en tacos aguja de un prmedio de 8cm de altura, con cortas o casi indistinguibles polleras, mucho maquillaje (y cuando digo mucho imaginense el boom de los ochenta donde el rubor y el rimel parecian cubrirlo todo), pelos tenidos (las rubias aca son morochas y las morochas son rubias o coloradas) y siempre con un pucho en la mano... se ve que los ochentas llegaron demorados a Rusia por culpa del comunismo, pero se alojaron para quedarse (ya llevan casi unos 20 años de democracia, che).
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