Salimos caminando (las ratas argentinas no pagan transporte publico) hasta el centro de la ciudad que debe quedar a 3 o 4 km (en Europa esa medida es descabellada). Recorrimos todo el Museum Quartier (centro de galerías y museos muy copado) y entramos en el Leopold Museum. Era más grande de lo que esperábamos y para cuando salimos teníamos las piernas cansadas y un estomago quejoso... eran las 3pm y habíamos desayunado a las 8am.
Almorzamos en una plaza llena de unas piezas tecno de colores al reparo del sol y después seguimos rumbo al Albertina (sólo para consultar si mañana, que es feriado, va a estar abierto). Como nos dieron el ok, volvimos a casa con la merecida escala en el Danau Canal que divide la ciudad...
A eso de las 7 estábamos de vuelta, totalmente agonizantes, listas para una ducha y una extrema bajada de revoluciones. Noche tranqui, llamado a Buenos Aires y a dormir... o no: las alemanas estaban preparadas para una amena charla que duro hasta pasada la medianoche.
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